Por Nora López
En este tiempo, rezamos por el Padre Luis intensamente y sin descanso. Pero también, hemos recabado información, y pudimos ir uniendo relatos de diferentes actores de esta comedia trágica producida por nuestra lamentable jerarquía eclesial.
Para aquellos que no saben que pasó en nuestra Diócesis o los han confundido con falsos relatos, trataré de resumir los hechos:
1. A partir del mes de Septiembre de 2023, cuando nuestro Obispo Gabriel Mestre, es nombrado Arzobispo de La Plata, queda a cargo de la administración de la Diócesis el Padre Luis Albóniga, hasta que fuera nombrado un nuevo Obispo.
2. Esta Administración queda a cargo del Padre Luis Alboniga y su Colegio de Consultores, Presbíteros: Fabián Yanes, Pablo Etchepareborda, Fernando Mendoza, Félix Martínez, Ezequiel Kseim, Jaime Ariel Sueiro, Silvano Matías De Sarro y Hernán David.
3. En noviembre del 2023 es nombrado nuevo Obispo, Monseñor José María Baliña, Obispo Auxiliar de Buenos Aires. En principio acepta el cargo, pero luego, debido a serios problemas de salud decide renunciar.
4. En Diciembre del 2023 eligen Obispo a Monseñor Gustavo Larrazábal, Obispo Auxiliar de San Juan, y se anuncia su asunción para el 20 de Enero de 2024. (Hasta acá todo tranquilo).
5. El diario La Capital de Mar del Plata publica el 09 de Enero del 2024, la denuncia efectuada en Sede Eclesial, hace más de 10 años, por una mujer religiosa, quien acusa a Monseñor Larrazábal por acoso y abuso de poder. https://www.lacapitalmdp.com/delicada-situacion-en-relacion-al-designado-obispo-de-mar-del-plata/
6. Mons. Larrazábal y/o la Nunciatura exigen al Administrador Diocesano, que desmienta los hechos publicados. Al desconocer la veracidad o falsedad de dicha denuncia, el Padre Luis opta por no opinar, para no incurrir en falso testimonio.
7. La Nunciatura avala a través de un comunicado de prensa a Monseñor Larrazábal, quien a pesar de esto decide renunciar al cargo.
Aquí comienza a desarrollarse la furia del poder, y ¿sobre quién? Sobre el Padre Luis Alboniga
8. Deciden echar al Padre Luis de su cargo de Administrador y colocar en su lugar a Monseñor Ernesto Giobando, Obispo Auxiliar de Buenos Aires, pero no conformes con esto, comienzan una investigación sobre el Padre Luis.
¿de qué? No lo sabemos pues nunca lo informaron a pesar de nuestros insistentes y reiterados pedidos de aclaración. Y lo más raro es que al Colegio de Consultores no lo investigan, a pesar de que todo lo que se resolvía en la administración era avalado con la firma de todos ellos, junto a la del Padre Luis.
Y aun inconformes, lo echan de la Diócesis enviándolo a la provincia de Jujuy.
De todo lo anteriormente detallado nos surgen, tras tres meses de maltrato, silencio, falta de explicaciones, una jerarquía eclesial que nos ignora, una serie de preguntas:
a) A un Obispo acusado de acoso y abuso de poder, ¿no se lo investiga? ¿Se cajonea en Sede Eclesial la denuncia y listo?
b) A un sacerdote se lo investiga sin informar el motivo, ¿y se lo echa?
c) Al Colegio Consultor ¿no se lo investiga? En caso de alguna irregularidad administrativa, sus miembros ¿no son corresponsables?
En estos meses he pasado (y creo que muchísimos también) por la tristeza, la angustia, el enfado por la injusticia, la santa indignación.
Pero hoy a tres meses de la partida forzosa del Padre Luis, lo que siento es vergüenza, y lo peor que aquellos que me avergüenzan son los que ejercen el poder en mi amada Iglesia, la Iglesia de Cristo.
Nuestra Diócesis siempre se caracterizó por ser pacífica, unida, con gran integración interparroquial, y en los últimos años comenzaba a vivir en sinodalidad.
Desde que asumió Mons. Giobando y se tomaron decisiones tan desagradables, se ha generado un clima de enojo, división, enfrentamiento entre sacerdotes y entre laicos y sobre todo desespertanza, en una diócesis calificada, por el Beato Cardenal E. Pironio como “Iglesia de La Pascua y la Esperanza”.
Justamente por ser hijos del Cardenal Pironio, no vamos a cesar en la búsqueda de la verdad y la justicia.No nos van a cansar, parece ser la estrategia del poder, dejar pasar el tiempo y que nos cansemos.
El Monse no nos lo permitiría, sabemos que va a ser muy difícil revertir esta situación, pero seguiremos insistiendo hasta que el padre Luis Albóniga sea devuelto a su pueblo y sea reivindicado.
La autora es feligresa, coordinadora de un grupo de Lectio Divina en la Parroquia de La Asunción de la Santísima Virgen e integrante de la Noche de la Caridad.